martes, 14 de septiembre de 2010

La historia bajo nuestros pies. Una pulpería del s. XIX. SEGUNDA PARTE.

Continuamos informe de las excavaciones del equipo del Museo C. Ameghino, (arqueólogos Laura Migale, Sonia Lanzelotti, Gabriel Acuña, el técnico Hector Arzani y e Dr. Fernando Viloria) sobre el sitio arqueológico Pulpería de Villar ubicado a 100 metros de la margen derecha del río Lujan, a 34º38’48.13’’ de latitud sur y 59º27’26.25’’ de long. Oeste, en el partido de Mercedes, sobre prolongación de la calle 26 y muy cerca del monumento Cruz de Palo erigido en conmemoración a los caídos en combate en 1823,. Se afirma que un primer “rastreo bibliográfico” indica un importante edificio que funcionó como Pulpería a partir de 1860 y que una oficina de cobro de Derecho de Pontazgo para transitar el antiguo puente de madera. Pero la historia no comienza allí sino en una primera posta y posterior ranchada que se habría instalado hacia 1830, lo cual plantea nuevos interrogantes acerca de las sucesivas ocupaciones a lo largo del tiempo ya que se trata de un lugar estratégico, por la proximidad del río Luján que proporciona fuente de agua permanente. Asimismo, registros satelitales indican que el asentamiento se encuentra sobre un albardón con importante elevación. Cabe recordar que los primeros repartos de chacras y estancias para la zona de Lujan se hicieron prefiriendo las tierras inmediatas al río y arroyos cercanos. Esto hace suponer que el lugar pudo haber sido habitado tempranamente por población rural y no es descartable que esa elevación haya sido ocupada en tiempos prehispánicos. Estos datos conllevan a organizar eficientemente las unidades de excavación y maximizar el rescate para dar una respuesta satisfactoria a estas hipótesis. La existencia de la Pulpería se mantiene aún en la memoria de muchos pobladores que aportaron datos acerca del pasado en el lugar, la vida cotidiana, relatos de sus padres y abuelos en relación a la pulpería como centro social. Las excavaciones arqueológicas comenzaron con la limpieza del predio por los Scout de San Antonio de Paul y un relevamiento de la topografía para establecer un “nivel cero” que permita comparar la ubicación relativa y absoluta de los hallazgos. De este modo se hizo la apertura de un pozo de sondeo de 2x1 m. con orientación SE–NO, supuestamente en el fondo de la desaparecida construcción con el objetivo de observar la estratigrafía del lugar. Se excavó por niveles artificiales de 15 cm. cada uno, confirmando que el lugar elegido era un relleno antrópico de 1,20 m. de profundidad. En tanto que, paralelamente en otro sector, se comenzó a trabajar en una cuadrícula de mayores dimensiones. Allí se excavó un área total de 12 m2. Atento a los estándares arqueológicos, dicha excavación se realizó extrayendo capas homogéneas de 10 cm. de sedimento, a fin de asegurar el registro y la recuperación del material en su contexto original. Esta metodología permitió descubrir los primeros indicios de la construcción. Se trata de una doble línea de ladrillos colocados de canto, con cascotes ubicados a modo de piso (VER IMAGEN). Tiene 50 cm., de ancho y 5 m. de largo, siguiendo una orientación general NO-SE. Esta estructura se encontraba a 29 cm. de profundidad. Creemos que podría tratarse de la canaleta del desagüe del techo del segundo piso del edificio (ver fotos antes y después de la excavación).

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