jueves, 9 de septiembre de 2010

Al transito hay que ordenarlo de manera sustentable…

El trazado de buena parte de nuestra ciudad esta saturado de circulación motorizada, principalmente en la zona centro donde se concentran los establecimientos comerciales y la mayor parte de los funcionales, lo que contribuye de sobremanera a colapsar el tráfico de esta área, que aún continúa siendo un lugar de reunión, de paseo y esparcimiento para toda la población. Esta mayor intensidad del tráfico hace que se registren importantes cantidad de accidentes, bastante desorden, y altos niveles de contaminación atmosférica, sobre todo, acústica, redundando en un empeoramiento progresivo de la calidad de vida de los ciudadanos. Un dato interesante es que para ir al centro de la ciudad caminando (Plaza San Martín) no debemos invertir más de 20' desde buena parte de la ciudad, lo que supone que más del 75% de la población puede desplazarse sin necesidad de utilizar el transporte privado. Este tiempo se reduce a medida que nos situamos en zonas más próximas, llegando a darse el caso de tener un importante volumen de población, casi el 25% en una distancia inferior a los 5' de recorrido a pie. Por ello, con el fin de empezar a construir una ciudad sostenible debemos entender que la movilidad y la accesibilidad sostenible también tienen como fundamente básico la reducción de los impactos y la contaminación (atmosférica, acústica, etc.) ocasionado por los desplazamientos realizados por transporte motorizado de carácter privado (coches, motocicletas, camoinetas). Se ha demostrado que para la movilidad de la población dentro de la propia ciudad, no es preciso la utilización del coche particular, al menos para el 75% de la población que puede desplazarse a pie hacia la zona económico funcional y, si esto no es posible, deberíamos recurrir a otras formas de desplazamiento que impliquen menor necesidad de energía por viajero. Por ejemplo las bicicletas fomentan la educación ambiental entre la población y los desplazamientos a pie o caminatas generan bienestar a la salud. Una campaña de concienciación debe partir de las propias instituciones locales, básicamente, promoviendo este tipo de desplazamientos u otras que permitan "estimular" la movilidad sostenible. Entre las propuestas que dejamos abierta surgen: 1) El fomento del uso de movilidad sustentable. 2) La eliminación de parte del tráfico innecesario de la ciudad, 3) solventamiento en gran medida de los problemas de estacionamiento en el centro, 4) Creación de conciencia ciudadana poco a poco hasta conseguir una movilidad que precise menor consumo de energía por ocupante de vehículo motorizado. Obviamente, estas medidas no van a llevarse a la práctica de forma inmediata. Sin embargo, si es capaz desde el propio gobierno de articular compañías de incentivación hacia la utilización del transporte alternativos, puede conseguirse en un plazo de tiempo relativamente corto, máxime si tenemos en cuenta que en la mayor parte de centros de educación se imparte educación ambiental, con lo cual, las nuevas generaciones tienen unos conceptos diferentes de movilidad en los que prima el respeto al medioambiente.

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